¿Te gustaría tener una azotea verde? Conoce algunos de los puntos que debes considerar.
En una de nuestras últimas publicaciones hablábamos de los cinco principios de la arquitectura moderna según Le Corbusier: los pilotis, la planta libre, la ventana longitudinal, la fachada libre, y… le toit-terrase. El techo-terraza, o bien, la terraza en la azotea.
A pesar de que existen múltiples ejemplos de la utilización de la cubierta en la arquitectura, basta pensar en las casas de la cultura mesopotámica y pueblos posteriores del medio oriente, donde la azotea permitía el tránsito, el ingreso y la salida.
En la arquitectura no se fomentó el uso de los techos sino hasta la llegada del movimiento moderno, funcionalismo, o estilo internacional.
Azotea verde, ¿un verdadero roof garden?
Ahora bien, una cosa es utilizar la azotea, poblarla de macetas y plantas, amueblarla, y llamarla “roof garden”, y otra cosa es construir una verdadera azotea verde.
¿En dónde radica la diferencia? La azotea verde, o el roof garden propiamente dicho no es una terraza ni un patio; es un jardín.
¿Y cómo se identifica? Por su pavimento. En una azotea verde el piso es césped, tierra, hierba, y las plantas -a veces arbustos, árboles, palmeras- están sembrados directamente en este pavimento.
Para que todo esto sea posible se requiere haberlo construído con tal propósito.
A veces pensamos que la mayor complejidad técnica para ello es el peso: que la tierra y las plantas pesan mucho.
Es verdad, pero ya de por sí cada nivel de un edificio se calcula para exigentes cargas vivas y muertas, al grado de que sólo cuando se destina a estacionamiento se refuerza más.
Diríamos que la mayor dificultad la representa el agua. En parte porque ella aumenta considerablemente el peso del sustrato, y por tanto debe ser considerada, pero sobre todo porque también debe ser desalojada.
Es decir, en la medida en que el agua se filtre por el sustrato orgánico, vegetal, y sea apropiadamente conducida y desalojada por los ductos destinados para ello.
Dicho de otro modo, el fracaso de un roof garden sería que el agua se filtra por el entrepiso hacia el plafón del piso inferior.
Es por ello que las azoteas verdes deben contar con buenas pendientes, suficientes bajadas de agua, y con una perfecta impermeabilización.
Cuando la cubierta ha sido correctamente construida e impermeabilizada podrá ser aprovechada por el arquitecto paisajista o el proveedor de sustrato y plantas.
Una tierra con buena capacidad para drenar el agua, que no la absorba demasiado, es importante.
¿Por qué? Para evitar sobrepeso y estancamientos que presenten dificultades innecesarias para el sistema de impermeabilización.
Finalmente hay que pensar en que un jardín en una azotea no deja de ser inusual, y su perímetro debe ser delimitado hasta una altura mayor a la de un pretil convencional.
Esta protección puede ser en su nacimiento un murete y más arriba estar hecha de cristal o rejilla, para permitir la vista y el asoleamiento en toda la superficie.
Techo verde
Finalmente vamos a mencionar otro tipo de azotea verde más conocido como “techo verde”, que no está pensado para ser habitado o aprovechado.
Son varios los motivos por los que se puede optar por un techo verde:
- Mantiene más baja y constante la temperatura del edificio debajo de él.
- Aprovecha el agua de lluvia.
- Pretende pasar desapercibido y no impactar el paisaje.
Las cubiertas de las Termas de Vals, en Suiza, del arquitecto Peter Zumthor, son un ejemplo de esta tipología.