¿Cómo ha cambiado el uso de espacios físicos durante la pandemia?
La pandemia de COVID-19 ha transformado la sociedad a escala mundial. Su impacto se ve reflejado en todos los aspectos, entre ellos la economía y sus industrias. A continuación revisaremos cómo ha impactado el cambio en el sector inmobiliario.
Antes de la pandemia
El sector inmobiliario se caracteriza por ser uno de los más seguros y estables. Es cierto que a lo largo de la historia ha afrontado crisis, como la crisis del 2008. Sin embargo, nunca había tenido un reto tan grande como el de hoy.
Durante 2019, distintas aristas de la industria inmobiliaria presentaban una desaceleración. Por ejemplo, el boom de las oficinas de coworking empezaba a apagarse, aunque había un ambiente de esperanza para continuar creciendo. Este impulso se vio reflejado en que muchas empresas decidieron solicitar préstamos para seguir operando y apostando a la expansión. Por todos lados se podían ver construcciones de conjuntos de oficina o residenciales.
Los cambios por la pandemia
“Quédate en casa” es el lema principal de la campaña del gobierno mexicano para afrontar la pandemia. La premisa engloba la medida más popular que se realizó a nivel mundial: la cuarentena. No obstante, esta recomendación cambió por completo la actividad económica y el trabajo.
Al dejar de ir a oficinas, los comercios se vieron afectados en ventas. Por otro lado, en vista de la oportunidad de ahorrar, muchas empresas decidieron mudarse a recintos más pequeños al tener un equipo humano funcionando desde sus hogares. Asimismo, los viajes de trabajo (y vacacionales) fueron suspendidos o aplazados, por lo que la industria turística recibió un golpe fuerte.
La pandemia no solo afectó la ocupación, sino que también impactó en el paso de la construcción de nuevos espacios. Las industrias más afectadas en este sentido son:
- Hotelería
- Industrial y logística
- Retail
- Oficinas
- Residencial
¿Cómo se adaptará el sector inmobiliario al futuro?
Ante la gran posibilidad de que el trabajo remoto haya llegado para quedarse y el cambio de dinámica social, la industria debe acoplarse a las necesidades actuales de las personas y ofrecer garantías ante emergencias como la acontece actualmente.
La industria del retail debe enfocarse en comercializar productos de primera necesidad, además de replantear su manera de vender productos (tienda en línea). Para esto, debe reforzar sus opciones de entrega a domicilio y pickup, para finalmente, replantearse la estrategia de sus espacios físicos de venta para ofrecer una experiencia con baja concentración de personas.
El sector logístico e industrial debe valorar la opción de almacenaje como su posible activo más valioso. La producción en general se ha desacelerado por lo que es conveniente analizar qué procesos pueden ser automatizados y cómo hacer espacios de trabajo más seguros.
El mercado residencial debe replantear la idea del hogar moderno. Hasta ahora, los espacios habitacionales estaban pensados como lugares de descanso y convivencia. Debido al cambio de necesidades, el hogar ahora tiene la función dual de espacio de trabajo, cuidado, escuela. Así, es importante que la arquitectura y construcción generen espacios multifuncionales.
Desde otro punto de vista, el mercado habitacional conviene ver las posibilidades fuera de los centros urbanos. La posibilidad de trabajo remoto ha llevado a muchos a buscar rentas más bajas afuera de las ciudades, pues la cercanía ya no es un requisito primordial. Así, los conjuntos habitacionales fuera de las ciudades son cada vez más atractivos.
Para el sector de oficinas sería pertinente revisar las cláusulas en sus contratos, acordar nuevas alianzas entre arrendadores y arrendatarios, además de modificar sus espacios. La estética de open office ya era tendencia, por lo que crear lugares con menos escritorios y espacios abiertos puede ser la mejor herramienta para proporcionar oficinas que entiendan las dinámicas de los trabajos flexible.
La industria hotelera sigue siendo la más vulnerable. A pesar de que las ofertas y tarifas bajas atraigan al público, podría ser bueno pensar en nuevas experiencias turísticas que tomen en cuenta los miedos del contagio. Por ejemplo, una gran cantidad de personas preferirán vacaciones en lugares más cercanos a su hogar. Otras preferirían pagar mucho más si se les aseguran áreas privadas.
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