Arquitectura orgánica: la relación entre el humano y la naturaleza

¿Qué es la arquitectura orgánica y cómo funciona?

La arquitectura orgánica (también conocida como organicismo arquitectónico o arquitectura de formas orgánicas) es una corriente y filosofía cuya base es promover la armonía entre el espacio humano y el hábitat natural. En arquitectura, eso se hace mediante un diseño que integre al edificio y mobiliario con los alrededores naturales. 

Uno de sus objetivos principales es yuxtaponer ambos elementos para crear un espacio armonioso y un sentido de unificación entre exterior e interior. Asimismo, la arquitectura orgánica deriva de varias premisas del racionalismo. Por ejemplo, el predominio de lo útil sobre lo ornamental y el uso de la planta libre; el concepto arquitectónico en que la estructura del edificio es independiente de los elementos verticales que dividen el espacio, como tabiques y muros de carga. 

El organicismo arquitectónico comenzó en las décadas de los 30 y 40 en Escandinavia. No obstante, fue atribuido en gran medida al arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, quien sentó varias de las bases para su desarrollo posteriormente. De acuerdo con Wright, la arquitectura orgánica funge como

la interpretación de los principios naturales manifestada en construcciones que viven en armonía con todo aquello que los rodea”. 

Principios

En su propuesta, el Lloyd Wright manifestó 6 puntos principales para entenderla: 

  1. La edificación parecer que creció justo en donde está ubicada.
  2. Utiliza colores naturales.
  3. Hay una forma predominante utilizada en toda la construcción.
  4. Utiliza espacios abiertos.
  5. Expone la naturaleza de los materiales.
  6. Hay lugar para áreas verdes.

Este concepto integral ha sido desarrollado por varios autores, diseñadores y arquitectos. En el año 1940, el arquitecto finlandés Alvar Aalto expresó que la arquitectura debe de centrarse en aspectos psicológicos y no solo en función de los requerimientos técnicos. 

La arquitectura no solo cubre todos los campos de la actividad humana, sino que debe ser también desarrollada simultáneamente en todos esos campos. Si no, tendremos solo resultados unilaterales y superficiales…” 

Otras de las premisas que más han sido expuestas y compartidas son el hecho de que la arquitectura debe servir al hombre y no al revés, y que la arquitectura debe trascender su estructura y estética para responder a las necesidades emocionales, físicas y psicológicas de quienes harán uso del espacio. Así, la arquitectura orgánica deja de lado el exhibicionismo y las formas que no sean naturales para poder integrarse al paisaje con el mínimo impacto en la zona que lo rodea y siempre respetando los elementos naturales existentes. 

Entre los exponentes más importantes de la arquitectura orgánica también destacan nombres como Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Louis Sullivan, Bruce Goff, Rudolf Steiner, Hundertwasser, Bruno Zevi, Imre Makovecz, Samuel Flores Flores, Antón Alberts y Javier Senosiain.

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