El lugar de la arquitectura en los museos

Los museos se adaptan para presentar las complejas historias de arquitectura y el entorno construido

El papel que juega la arquitectura, tanto en tu vida personal como comunal, general es pasado por alto. Aun cuando nos encontramos en una era donde las crisis ambientales parecen algo cada vez más inminente, mientras todos fijamos nuestra vista en los dispositivos electrónicos que tenemos en las manos. Una inversión en espacios de calidad que promuevan el bienestar social y la ecológica, parece más urgente que nunca. Este dilema plantea una pregunta: ¿Cómo puede una apreciación más profunda de la arquitectura, vincularse a la sociedad del siglo XXI?

Esta pregunta puede ser direccionada hacia los museos, los cuales se adaptan de forma única para presentar las complejas historias de arquitectura y el entorno construido. Tradicionalmente, el conocimiento arquitectónico ha sido difícil de diseminar. En gran parte, esto es debido a los retos inherentes al representar espacios multisensoriales y de sitios específicos.

Si una persona no ha tenido la oportunidad de visitar un edificio o sitio en particular, deberían poder confiar en las representaciones a través de otros medios, como dibujos, modelos y fotografías. Mediante las exhibiciones y programas, los museos pueden juntar esta enorme variedad de representaciones en un espacio.

La finalidad es revelar los patrones y variaciones de los estilos, así como sus interpretaciones globales y locales. Para comparar la “buena” arquitectura con la “mala”. Para llevar un registro de la transformación de los espacios, una vez que han sido concebidos, construidos y utilizados. Los museos sirven como el principal lugar de promoción de conocimiento arquitectónico y apreciación entre el público.

Después del anuncio en abril de 2016, sobre la clausura temporal de las galerías de arquitectura y diseño del Museo de Arte Moderno (MoMA), salió a la luz un debate sobre cómo los museos deben integrar la arquitectura en sus actividades. Este anuncio elevó una protesta por parte de la comunidad del diseño.

Muchos arquitectos y diseñadores, como William Menking y Marty Wood, expresaron su preocupación por el cierre y consideraron los potenciales efectos en el campo. Por un lado, el Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA tendría que competir con otros departamentos por espacio de exhibición en las galerías generales. Esto podría resultar en una representación riesgosa de arquitectura y materiales de diseño en muestras públicas.

Por otro lado, la inclusión de materiales en las muestras multidisciplinarias, podría proporcionar un contexto más rico y una audiencia más amplia. Martino Stierli, jefe de curaduría de Arquitectura y Diseño del MoMA, aseguró que el departamento estará representado, tanto en medios específicos, como muestras multidisciplinarias. Para ello están programadas, para los próximos años, varias exposiciones y programas enfocados a la arquitectura.

Asimismo, indicó que los planes de las renovaciones van en tiempo y forma, y que los próximos años destinados a su finalización, estarán destinados a un periodo de experimentación “con nuevas maneras para presentar los vastos y diversos fondos de la colección del museo, en nuevos y significativos encuentros y diálogos”.

Si bien Stierli ha remarcado las preocupaciones del departamento, la fase experimental debe ser vista como una oportunidad de entrar a un futuro diálogo sobre cómo interpretamos y compartimos el conocimiento arquitectónico hoy en día. Una cuestión que se extiende más allá de la mera nostalgia o la defensa del valor de una galería.

De hecho, algunas de las oportunidades más esperadas y prometedoras para los museos en el siglo XXI, existe totalmente independiente del espacio físico. Dentro del campo, Dianne Harris, historiadora arquitectónica, ha hecho un llamado a un cambio en cómo la historia del entorno construido. Igualmente ha señalado el empleo de tecnologías digitales como una estrategia clave.

La era digital nos brinda nuevas posibilidades para enganchar al público con materiales culturales. Las instituciones han colaborado para reunir colecciones discretas y construir exhibiciones en línea que son dinámicas y ricas. Esto ha introducido nuevas y más matizadas perspectivas a los cánones previamente establecidos.

Los ejemplos de dichos proyectos incluyen Form and Landscape, una serie de muestras digitales acerca de la historia de Los Ángeles, producida por el The Getty en colaboración con la Biblioteca Huntington. Mackintosh Architecture de la Universidad de Glasgow, es un catálogo en línea del trabajo arquitectónico de Charles Rennie Mackintosh; en él se documentan dibujos, fotografías y gente asociada a cada proyecto a través de fuentes de archivo.

Por su parte, la app Streetmuseum del Museo de Londres, permite que los usuarios accedan a fotografías e información histórica sobre la ciudad, mientras se mueven alrededor de los espacios públicos. El uso de tecnologías digitales hace que la historia arquitectónica sea más relevante y accesible. A cambio, una audiencia más amplia puede difundir la apreciación de las muestras y la inversión en el entorno construido.

A pesar de que el Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA se vea obligado a competir por su representación en galerías de espacios limitados, durante los siguientes 3 años de remodelación, no es nada nuevo en el mundo de los museos. Alrededor del mundo, los museos se enfrentan al constante reto de lograr un balance y mantener una representación dinámica de los materiales disponibles en sus acervos.

Aunado a esto, deben mantener el equilibro entre las actividades, al mismo tiempo que luchan por acomodar los espacios, el tiempo y los recursos disponibles. En lugar de limitarnos a muestras en términos de metros cuadrados, deberíamos poner más atención en desarrollar alternativas para lograr una mayor captación de público.

Con instituciones líderes como el MoMA, explorando nuevas formas de abordar sus actividades curatoriales a través de nuevas tecnologías, parece que ha llegado el momento perfecto para reconsiderar la perdurable importancia de la arquitectura y cómo puede ser representada en los espacios tradicionales de los museos, al igual que más allá de sus muros. Tanto en el reino digital y en la sociedad.

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