La belleza del Palacio de Bellas Artes

El Palacio de Bellas Artes: Punto artístico 100% mexicano

Rodeada por la Alameda Central, en el Centro Histórico está una de las casas de ópera más reconocidas del mundo. Se trata del primer museo que vio esta ciudad y uno de los Patrimonios de la Humanidad según la UNESCO. Estamos hablando del Palacio de Bellas Artes, inmueble simbólico de la Ciudad de México y clara representación de la arquitectura noveau.

Este sitio empezó a construirse por orden del Presidente Porfirio Díaz, pero fue retrasado por la Revolución Mexicana. No fue sino hasta que el país empezó a recuperarse económicamente tras las secuelas de la Revolución, que el proyecto se retomó.

Desde el principio fue pensado como casa de ópera, un sitio donde los estilos arquitectónicos se mezclan. Sin embargo, es el Art Nouveau y el Art Decó los que llevan la batuta. Esta construcción está sobre un terreno de arcilla que ha propiciado que empiece a hundirse. Por ello, el Palacio se encuentra varios metros debajo del nivel de la calle.

Las manifestaciones artísticas se han presentado en su interior desde su inauguración en 1934. No solo alberga un museo que ha traído algunas de las exposiciones más importantes (como la del arte de Van Gogh). También es uno de los escenarios más espectaculares de la Ciudad de México, tanto para ópera como para teatro y conciertos. Además, está decorado con murales de Diego Rivera y de José Clemente Orozco, que son testigos de las décadas que ha visto transcurrir este inmueble.

El Palacio de Bellas Artes: Patrimonio de la Humanidad

Desde 1987 es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su blancura y sus techos dorados pueden apreciarse desde los edificios aledaños. Son característica clave del Centro Histórico de la CDMX. Se trata de un monumento con vida propia. Esto se demuestra en eventos como la FILUX, cuando es una de las sedes de videomapping.  Aquí, el arte y la cultura se sienten naturales, tal como esperaba Don Porfirio Díaz cuando lo mandó construir.

Cabe destacar que, a pesar de la mezcla de tendencias arquitectónicas, su belleza blanca es única. La arquitectura juega un papel tan importante en este inmueble que en el último piso del edificio se alberga del Museo Nacional de Arquitectura: un sitio imperdible para cualquier arquitecto.

Pasar una tarde visitando y apreciando los detalles del Palacio de Bellas Artes es una actividad necesaria para cualquiera. ¿Cuántos estilos arquitectónicos pueden encontrar en sus paredes?

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