Deconstructivismo. Desarmar en la mente.

Armar Diferente

El deconstructivismo es un movimiento filosófico surgido en la década de 1960, especialmente en el análisis literario. 

Cuestiona las suposiciones tradicionales que consideran que el lenguaje es capaz de representar la realidad, y hace énfasis en que un texto no tiene una referencia estable pues las palabras sólo aluden en esencia a otras palabras. 

La única aproximación posible del lector a un texto es mediante la previa eliminación de cualquier razonamiento abstracto; esto se consigue gracias a un papel activo en la definición del significado, a través de la etimología y la arqueología de las palabras.

Deconstructivismo en la arquitectura

En la base del Deconstructivismo se encuentran, progresivamente, la sospecha, la crítica, y la rebelión. Es esto lo que hereda la arquitectura: una nueva actitud iconoclasta.

Por estos motivos dice Philip Johnson, el primer laureado con el Premio Pritzker (1979) que “la arquitectura deconstructivista no representa un movimiento; no es un credo. No tiene ‘tres reglas’ de obligado cumplimiento. (…) 

El deconstructivismo es la confluencia, desde 1980, en las obras de unos cuantos arquitectos importantes, de enfoques similares que dan como resultado formas similares.”

¿Cuáles fueron esos enfoques, y cuáles las formas diseñadas y construidas que surgieron de ellos?

Parte del enfoque puede rastrearse en los referentes plásticos del deconstructivismo, entre los que se encuentra la pintura cubista y el trabajo de los arquitectos constructivistas rusos. 

El cubismo de Picasso y Braque, primera vanguardia del siglo XX, significa la ruptura definitiva con la pintura tradicional; los cubos fueron un resultado, un idioma; en el origen se trataba de una actitud: analizar (disecar, fragmentar, descomponer) y reconocer e incluir la multiplicidad de perspectivas frente al mundo. 

El constructivismo de Malévich y Ródchenko fue la revolución rusa de la arquitectura, un movimiento concentrado en romper con las normas geométricas hasta entonces vigentes, y experimentar con la irregularidad.

Enfoque

El enfoque convertido en método comenzó por la fragmentación de los edificios y la progresiva exploración del espacio y los volúmenes, principalmente en la forma exterior de los edificios.

Las formas fueron el resultado de la manipulación no rectilínea, no ortogonal, de las superficies, ahora distorsionadas, dislocadas. La apariencia de los edificios deconstructivistas es impredecible y aunque tiene algo de caótica, a su manera es controlada.

Los primeros exponentes del deconstructivismo fueron los arquitectos, en su mayoría vivos y activos hoy en día, Bernard Tschumi, Peter Eisenman, Frank Gehry, Daniel Libeskind, Rem Koolhaas y Zaha Hadid.

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