La arquitectura de la Biblioteca Central de la UNAM

La Biblioteca Central: una joya cultural y arquitectónica

La Biblioteca Central de la UNAM es un espacio digno de visitar en la CDMX, tanto por su imponente arquitectura como por su monumental acervo. Ubicada en Ciudad Universitaria, “La Central” (como suelen decirle los estudiantes) es la más grande del sistema bibliotecario de la UNAM. E incluso, en sus 12 pisos, ofrece una de las colecciones bibliográficas más grandes de México. 

Su construcción comenzó en 1950 con los planos de los arquitectos Juan O’Gorman, Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco. El funcionalismo marcó el proyecto al aplicar aspectos de economía del espacio y el aprovechamiento tanto de materiales como de elementos. Sin embargo, el diseño también incluyó influencias de Le Corbusier, como se nota en la estructura de la explanada de entrada.

Debido a la topografía de Ciudad Universitaria, la Biblioteca Central repta por desniveles en la planta baja, en la que encontramos salas de estudio y lectura. Verticalmente, 10 niveles resguardan por tema los libros y documentos que los universitarios consultan diariamente. 

Murales

Desde el principio, tuve la idea de hacer mosaicos de piedras de colores en los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya tenía bien experimentada. Con estos mosaicos, la biblioteca sería diferente al resto de los edificios de la Ciudad Universitaria, y con esto se lo dio carácter mexicano.

Juan O’Gorman

Tomando en cuenta la necesidad de proteger los volúmenes de conocimiento de la luz solar, O’Gorman cubrió el edificio por completo. Una colección de aproximadamente 150 tipos de piedras de colores naturales conforma así el mural “Representación histórica de la cultura”.

El gran espacio del edificio de proporciones cúbicas se divide en 4 secciones (muros). El muro norte presenta orgullosamente el pasado prehispánico de México. Ahí es fácil identificar a Tlaloc, dios del agua, junto a peces y figuras inspiradas en los códices nahuas alrededor de Tenochtitlán en el centro. Encontramos también a Quetzalcóatl en forma de serpiente y a Ehécatl, dios del viento, entre otros dioses. 

En el muro sur (el más conocido) se despliega el desarrollo del mundo colonial novohispano con escenas de la conquista. Asimismo, notamos los círculos del modelo geocéntrico de Ptolomeo y del heliocéntrico de Copérnico. Mientras tanto, en el muro oriente está representado el desarrollo. Por un lado, el avance de la ciencia con el átomo y la evolución social con escenas de la revolución y la revolución industrial.

Por último, el muro poniente  está dedicado a la propia Universidad Nacional Autónoma de México. Además de su escudo, destacan las figuras de los edificios que han sido parte de su historia y escenas de la vida universitaria. 

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