Reglamento de Construcciones de la CdMx

Y sus Normas Técnicas Complementarias

Contexto temporal

El Reglamento de Construcciones para la CDMX, hoy llamado “Normas de Construcción de la Administración Pública de la Ciudad de México”, fue editado por última vez en el año 2006; antes de ello fue modificado en 1999, y publicado por primera vez, con su actual estructura, en 1987. Se dice que este Reglamento nace del profundo aprendizaje obligado por el terremoto de 1985. De hecho el reciente terremoto del año 2017 también provocó la redacción y publicación de dos documentos urgentes:

La “Ley de Reconstrucción 2017”

Las “Normas para la Rehabilitación Sísmica de Edificios de concreto dañados por el sismo del 19 de septiembre de 2017”. 

Cabe señalar que el Reglamento de construcciones de la CDMX y sus Normas aventajan a todos los del resto del país, que en buena medida están basados en él.

Estructura

El Reglamento está compuesto de 11 Títulos:

  1. Disposiciones Generales
  2. De la Vía Pública y otros Bienes de Uso Común
  3. Directores Responsables de Obra y Corresponsables
  4. Manifestaciones de Construcción y de las Licencias de Construcción Especial
  5. Del Proyecto Arquitectónico
  6. De la Seguridad Estructural de las Construcciones
  7. De la Construcción, Del Uso
  8. Operación, y Mantenimiento
  9. Ampliaciones de Obras
  10. Demoliciones,
  11. Visitas de Verificación, Sanciones, y Recursos)

Además de 48 Capítulos, 8 Secciones, y 257 Artículos (más 8 transitorios). 

Las Normas Técnicas Complementarias son el documento adjunto con las especificaciones precisas y cuantificables para el diseño, cálculo, y ejecución. Su última versión es precisamente la de diciembre de 2017. Están ordenadas en 2 Secciones de 1 y 6 Capítulos respectivamente.

Utilidad e importancia del reglamento de construcciones

¿Para qué nos sirven el Reglamento de construcciones y sus Normas?

Las investigaciones posteriores a los derrumbes ocasionados por el terremoto del año 2017 demostraron la importancia y la corrección del Reglamento: los edificios que se cayeron, en su mayoría, o bien habían sido construidos antes del ‘87 -año del primer gran esfuerzo por regularizar el diseño y la construcción-, o bien, eran posteriores a ese año, bastante recientes incluso, pero se habían construido mal, incumpliendo, mediante la corrupción, el Reglamento y las Normas. Es decir, mientras se vigile y se cumpla, y las condiciones físicas de nuestra ciudad y los fenómenos que pueda sufrir permanezcan dentro de lo conocido, el Reglamento es útil. Una obra que lo respeta es una obra segura, habitable, duradera, incluso confortable. La observación del Reglamento y sus adendums garantiza el ordenamiento urbano y territorial con sus usos, propósitos, y límites. 

Más allá de la Ciudad de México en materia jurídica y política se encuentran todos los municipios conurbados pertenecientes, sobre todo, a los Estados de México y Morelos.

La mancha urbana omnicomprensiva es conocida como Zona Metropolitana de la Ciudad de México, y su población supera los 22 millones de habitantes. Quien conoce poco esta Ciudad o la compara con ciudades de provincia, mexicanas o no, que tienen una pequeña parte de su área y de sus habitantes, la suelen percibir caótica. Lo cierto es que la Ciudad de México, considerada es su abrumadora escala, funciona de manera ejemplar.

La Ciudad se compone del espacio público y el privado, de las vialidades y las construcciones: las vialidades ordenan las construcciones, pero también la momentánea ausencia de construcciones permite la existencia de las vialidades. Es por ello que en el cumplimiento del Reglamento no sólo se construye de manera adecuada, correcta, y conveniente una obra, sino que, al mismo tiempo, se construye la Ciudad. 

Para conocer los documentos de primera mano y su evolución temporal, visita el sitio de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural:

Reglamento

Normas

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